La homeopatía se ha utilizado tradicionalmente para tratar muchos problemas infecciosos recurrentes en niños como pueden ser amigdalitis, laringitis, bronquitis, resfriados, otitis ... y también problemas de piel, muy frecuentes en niños y niñas, como son los eczemas y la piel atópica, entre otros.
Otros problemas asociados al crecimiento, la dentición, y problemas de desarrollo propios de la infancia como la regulación de esfínteres, enuresis diurna o nocturna, pueden ser tratados con éxito con homeopatía.
Por último, la medicina homeopática también puede ser muy efectiva para tratar trastornos del comportamiento a lo largo de la infancia como son los problemas de insomnio, nerviosismo, tics, inseguridades, agresividad, déficit de atención, hiperactividad, etc.