La Terapia Gestalt es una terapia que pertenece a la Psicología Humanista y que se caracteriza por no estar hecha exclusivamente para tratar enfermedades, sino también para desarrollar el potencial humano. Al igual que en otras terapias humanistas, la Terapia Gestalt tiene un enfoque holístico de la experiencia humana. No pretende curar un problema específico: se ve la problemática como un todo e integra el emocional, mental, corporal y espiritual.
Ofrece una oportunidad para poder vivir de acuerdo con quien somos, qué sentimos y pensamos. Nos invita a concedernos un tiempo para aceptarnos como somos y saborear la vida tal como es. La idea es que la persona llegue a ser ella misma -no lo que no le corresponde o lo que se espera de ella-, aumentar el autoapoyo, tener más conciencia de sí mismo, de las propias sensaciones, pensamientos y emociones. De este modo, el paciente se responsabiliza de su propio bienestar.
Está dirigida a cualquier persona que necesite ayuda para atravesar un período de debilidad o dificultad o que esté simplemente en su propia búsqueda interior. La terapia Gestalt podría definirse como un modo de vida, pudiendo abarcar cualquier problema que dificulta el desarrollo natural de cualquier ser humano: depresión, problemas de pareja, una separación difícil, sentimientos de exclusión, trastornos psicosomáticos, ansiedad, trastornos de alimentación, conflicto existencial, problemas relacionales, etc.